Los procesos sirven para que los traidores, traicionen, los leales, lo demuestren, los que sirven de verdad, no se destiñan y los que se acobardan, se bajen del barco.
No mires con tristeza los procesos, verás que nuevas y mejores caras se colocan a tu lado a caminar y algunos que creías tuyos, te abandonarán.
La vida es un crisol de entes con intereses, de un lado siempre van el amor y la lealtad, del otro, los traidores y simuladores.
Desengancha ese lastre de tu vida y agradece a los procesos que dejaron que mostrara la cara el traidor, o los traidores, porque ellos son muchos más de lo que siempre puedes creer.
La vida en dignidad es difícil vivirla, deja que esos recen y les perdone su Dios mientras actúan como Satanás, solo, asegúrate de no ser tu el simulador, de no ser tu el traidor, de ser quien eres porque quien traiciona un ideal, un amigo, es capaz de traicionar a su madre o a quien sea, así de crudo, así de simple.
No creas en quien clama tanto a Dios, suelen ser los peores.
La lealtad es un principio y, quien no es leal es traidor y quien es traidor no quiere a nadie, hasta él mismo se traiciona.